¿Me vale cualquier agente inmobiliario para la compraventa o alquiler de un piso? ¿Puedo confiar en cualquiera?
Ante estas preguntas lo primero que debe pensarse es si el profesional elegido sabe hacer su trabajo, conoce el mercado, precios, rentas, puede asesorarme bien en la operación y negociar, tiene contactos, base de datos, conocimientos para la contratación inmobiliaria y si, simplemente, me dará seguridad jurídica y económica, y será honesto para evitarme cualquier problema.
Lo cierto es que hablamos de inmuebles y de vivienda, con alto coste y endeudamiento futuro a largo plazo. Ocurre que para comprarnos una chaqueta, o un coche, o para ir a un hotel de vacaciones, todo ello con menor coste que una vivienda, normalmente cogemos referencias, bien preguntando fama, prestigio y experiencias positivas de profesionales, o bien consultando por redes. Si esto es así, ¡cuanto más no deberíamos preocuparnos por tomar referencias e información de la agencia inmobiliaria!.
Y lo segundo que deben saber es que la intermediación y gestión inmobiliaria es una ACTIVIDAD LIBRE, no tiene ningún control estatal ni norma reguladora, y, de momento, tampoco en Andalucía está en vigor la futura normativa. Es decir, cualquier persona, y digo cualquiera, puede dedicarse a esta actividad, aun cuando por ejemplo no supiere leer o escribir.
Esto agrava aún más la situación porque el ciudadano debe tomar especiales cautelas en su libre elección. ¿Qué debe analizar y observar el cliente sobre el agente inmobiliario?. Entre otras cuestiones:
- Su capacitación y formación en la materia.
En algunos casos se aprecia en una primera conversación, en los términos, expresiones, respuestas y conocimiento que demuestra el interlocutor. Incluso puede observarse su cualificación y formación por redes o en la propia oficina. Pero si fuere confuso, nada mejor que tomar referencias antes y/o preguntarle directamente. Es absolutamente necesario un profesional cualificado. Esto no es una cuestión baladí.
- Su conocimiento legal y documental
Una contratación inmobiliaria que sea segura jurídicamente, evita futuros pleitos. Un contrato de venta o alquiler sin desequilibrios, sin clausulas abusivas, con máxima transparencia e información, y respeto a la ley, les aseguro genera un proceso sosegado y libre de problemas. Podemos encontrarnos servidumbres, herencias previas dificultosas, excesos de cabida, embargos, plazos incumplidos, penalizaciones, condiciones suspensivas o resolutorias, y mil cosas más.
- Su cobertura de seguros RC
Aunque parezca increíble, tratándose de una actividad de alto riesgo por los intereses económicos en juego, muchos operadores e intermediarios carecen de seguro de responsabilidad civil. Esto es muy peligroso. Si se equivoca o comete una negligencia y resultare insolvente el autor, el daño económico y moral de la víctima no se reparará.
- Su honestidad y ética inmobiliaria
Lo primero no es el dinero. Lo primero es el servicio honesto al cliente. Esto es esencial. Si el intermediario primero le pide dinero, malo. Si no es claro en explicar su gestión ni sus honorarios, malo también. Si es un charlatán que le insiste contra su voluntad, váyase. Si no respeta sus tiempos de decisión, libérese. Si recibe dinero a cuenta, sin respaldo y transparencia documental, preocúpese. Si no tiene ubicación conocida ni sitio para reclamar, está en un lio. Son algunos ejemplos solamente.
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Diego Galiano Bellón